Es una realidad para muchos trabajadores, que ante una solicitud de baja voluntaria sean requeridos por sus empleadores para permanecer en la empresa por un período adicional.

La baja voluntaria es un derecho del trabajador, y su presentación implica una decisión personal que puede estar motivada por distintas razones, como el deseo de cambiar de empleo, mejorar las condiciones laborales, entre otras. Sin embargo, en algunos casos, la empresa puede solicitar al trabajador que retrase su marcha por unos días, semanas o incluso meses, para cubrir necesidades puntuales de la organización. En estos casos, nos encontramos ante una situación que debemos aprovechar para negociar mejores condiciones por lo que es fundamental que los empleados conozcan sus derechos y aprovechen la oportunidad para obtener beneficios adicionales.
Cuando un empleado presenta la baja voluntaria, se establece un período de preaviso que se pacta en función del convenio colectivo o contrato de trabajo. Sin embargo, si el empleador solicita al trabajador que retrase su salida, es importante recordar que la relación laboral es económica y no de amistad, por lo que es recomendable que se establezcan las condiciones y términos de forma clara y por escrito, a través de un acuerdo o contrato adicional, que incluya el pago de un salario justo por los días adicionales de trabajo, el pago de las vacaciones correspondientes, y la renuncia a las cláusulas contractuales que puedan limitar su libertad laboral en el futuro.
Ante tal situación, el empleado tiene una posición ventajosa en la negociación, ya que la empresa requiere de sus servicios y él ya ha tomado la decisión de marcharse. Por lo tanto, es posible establecer condiciones favorables para el trabajador en este período extra de permanencia. Algunas de las condiciones que podrían plantearse son:
- Firmar una nueva comunicación de dimisión con las fechas adecuadas para evitar problemas con el preaviso.
- Establecer un salario más alto para los días extra trabajados, negociado previamente y reflejado en un acuerdo por escrito.
- Renunciar a las cláusulas contractuales que puedan limitar la capacidad del trabajador para unirse a la competencia o abandonar la empresa antes de una fecha determinada.
- Cobrar el salario variable pendiente de años anteriores y el finiquito completo antes de comenzar a trabajar los días adicionales, con un documento que indique que ambas partes se dan por saldadas y renuncian a futuras reclamaciones.
- Cobrar por adelantado el salario correspondiente a los días extra, garantizando que el empleado no tenga que demandar a la empresa en caso de impago.
En conclusión, cuando una empresa solicita a un empleado que retrase su baja voluntaria, es fundamental que este último conozca sus derechos y actúe en consecuencia. No se trata de aprovecharse de la situación, sino de velar por los propios intereses y asegurar que se recibe una compensación justa por los servicios prestados. Es importante recordar que la relación laboral es económica y no de amistad, y que ambas partes tienen el objetivo de obtener beneficios.
El trabajador no debe sentirse culpable por exigir condiciones favorables en un momento en el que la empresa necesita de sus servicios, sino que debe negociar de manera justa y equitativa. Así, se podrá aprovechar la oportunidad para obtener beneficios adicionales sin vulnerar los derechos de ninguna de las partes involucradas. Es esencial que los empleados conozcan sus derechos y sepan cómo actuar en situaciones como esta, garantizando un trato justo y equilibrado en el ámbito laboral.
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