El efecto halo se refiere a la tendencia de asumir habilidades, capacidades o características de una persona o situación, basándose en las primeras impresiones percibidas. Este error suele ocurrir cuando las personas no tienen suficiente información y enfrentan una gran incertidumbre al emitir sus juicios. Como sesgo cognitivo, el efecto halo forma parte de un conjunto más amplio de distorsiones englobadas en el concepto de «racionalidad limitada» (bounded rationality), que aborda las limitaciones inherentes a los procesos mentales humanos (N. Cortada, 2008).

El efecto halo, junto con otros sesgos cognitivos como el sesgo de autoconfianza y la falacia de la conjunción, contribuyó al desarrollo de la Economía Conductual, un campo de investigación propuesto por D. Kahneman y A. Tversky (1973). Este efecto es especialmente notable en juicios sociales basados en opiniones de expertos reconocidos en un área específica del conocimiento, pero que se expresan sobre temas fuera de su ámbito profesional. En estos casos, se «presume» que el conocimiento del experto se extiende a diversos temas debido a una capacidad o atributo no especificado (el «halo» al que se refiere el sesgo).
Este sesgo de halo puede tener un impacto significativo en la toma de decisiones de los jueces. Esto se debe a que los jueces, al igual que cualquier otra persona, son susceptibles a las influencias de sus propias percepciones y creencias. Por ejemplo, si un juez tiene una impresión positiva de un acusado debido a su apariencia, educación o historial, es probable que tenga una opinión más favorable de ese individuo, lo que puede afectar su decisión final en el asunto.
La apariencia física, en particular, puede influir en el sesgo de halo de un juez. Estudios han demostrado que las personas atractivas son percibidas como más inteligentes, competentes y honestas que las menos atractivas. En consecuencia, un acusado atractivo puede recibir un trato más favorable en un juicio.
Dado que el sesgo de halo puede afectar las decisiones de los jueces, es posible utilizarlo a favor de una parte en un juicio. A continuación, se presentan algunas estrategias para beneficiarse del sesgo de halo en un entorno legal:
- Cuidar la apariencia: La apariencia física es un factor clave en el sesgo de halo. Asegurarse de que el acusado o testigo tenga una apariencia pulcra y profesional puede ayudar a crear una impresión positiva en el juez y, en última instancia, influir en su decisión.
- Establecer credibilidad: La credibilidad es otro factor que puede influir en el sesgo de halo. Si una parte puede demostrar que tiene conocimientos, habilidades o experiencia en un área relevante, es más probable que el juez tenga una opinión favorable de esa persona.
- Mostrar empatía y comprensión: Los jueces pueden ser influenciados por la empatía y la comprensión demostradas por los participantes del juicio. Mostrar preocupación genuina por los demás y comprender sus puntos de vista puede ayudar a mejorar la percepción del juez sobre una parte y, en última instancia, influir en su decisión.
- Utilizar testimonios y referencias: Los testimonios y referencias pueden ser herramientas valiosas para establecer una impresión positiva en el juez. Cuando otras personas hablan favorablemente de un acusado o testigo, es más probable que el juez tenga una opinión más positiva de esa persona.
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