Las quejas sobre las deficiencias en los calabozos de las distintas fuerzas y cuerpos de seguridad son muy habituales, y es habitual escuchar quejas sobre la falta de desinfección, la suciedad y la falta de sistemas de vigilancia de los detenidos.
Muchos calabozos no reúnen las condiciones que están escritas sobre el papel. A pesar de que las dependencias no tienen mala ventilación, el mayor problema suele ser la falta de limpieza, lo que se traduce en un olor insoportable para los detenidos. Es frecuente que los colchones y mantas que se utilizan en los calabozos no se laven ni cambien, y muchas veces la limpieza es más bien nula en el interior de las celdas y en los urinarios.
En algunos casos no existen cámaras de seguridad en las celdas para mantener vigiladas a las personas custodiadas en todo momento, o no tienen la ubicación correcta. A veces cuentan con un extractor pero carecen de ventanas. La desinfección no se lleva a cabo con regularidad, y las mantas y colchones no se cambian. etc.
Una de las soluciones a este problema es la necesidad de establecer medidas de control y supervisión, tanto internas como externas, que permitan detectar y corregir las deficiencias en los calabozos. Por ejemplo, es necesario que los responsables de los calabozos realicen inspecciones periódicas y verifiquen que se están llevando a cabo los protocolos de limpieza, desinfección y mantenimiento de los sistemas de vigilancia.
Además, es necesario que se establezcan sistemas de registro de incidencias y que se realicen seguimientos periódicos para garantizar que se están tomando medidas para solucionar los problemas detectados. Estos sistemas de registro deberían ser accesibles a las personas detenidas y a sus abogados, con el fin de que puedan presentar denuncias y reclamaciones ante las autoridades competentes.
Otra solución es la necesidad de aumentar la formación y capacitación del personal encargado de los calabozos. El personal de seguridad que trabaja en los calabozos debería estar formado para realizar las tareas de custodia, limpieza y desinfección, y para conocer los protocolos y procedimientos de actuación en caso de emergencia o incidente.
Por último, es necesario aumentar la inversión en infraestructuras y equipamiento de los calabozos. Las autoridades deberían establecer planes de inversión y renovación de los calabozos, con el fin de mejorar las condiciones de custodia y garantizar la seguridad y dignidad de las personas detenidas.