Cómo enfrentar la contaminación acústica y reclamar tus derechos

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La contaminación acústica se ha convertido en una de las problemáticas más comunes en los entornos urbanos y en zonas rurales cercanas a zonas industriales o de tránsito vehicular. Este tipo de contaminación es considerada como una de las principales causas de estrés y ansiedad en las personas, y puede afectar gravemente su calidad de vida. Por esta razón, es importante conocer los derechos y las medidas que se pueden tomar para combatir la contaminación acústica.

¿Qué es la contaminación acústica?

La contaminación acústica se define como la presencia de ruidos no deseados o nocivos que se generan por las actividades humanas, tales como el tráfico, la construcción, las actividades industriales o comerciales, entre otras. Estos ruidos pueden provocar diferentes síntomas, como ansiedad, irritabilidad, disminución de la productividad, agresividad, problemas de sueño, cansancio, aumento de presión arterial, dolor de cabeza y de estómago.

La contaminación acústica es considerada como una problemática que afecta a la salud y el bienestar de las personas, y por lo tanto, se ha establecido un marco legal que establece la necesidad de proteger a los ciudadanos de los efectos negativos del ruido.

Marco legal en España

En España, existe una serie de normativas y leyes que buscan proteger a los ciudadanos de los efectos nocivos del ruido y establecen medidas para su control y reducción.

La Ley 37/2003 del Ruido define la contaminación acústica como la presencia en el ambiente de ruidos o vibraciones que impliquen molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades o para los bienes de cualquier naturaleza. Además, el artículo 47 de la Constitución establece que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, libre de ruido u otras inmisiones contaminantes de cualquier tipo.

En consecuencia, el Real Decreto Legislativo 7/2015 sobre la Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana estableció que toda la ciudadanía tiene derecho a una vivienda digna, adecuada y accesible, y que constituya su domicilio libre de ruido u otras inmisiones contaminantes de cualquier tipo que superen los límites máximos admitidos por la legislación aplicable y en un medio ambiente y un paisaje adecuado.

Pasos a seguir para reclamar que cese el ruido

Si eres víctima de la contaminación acústica, existen una serie de pasos que puedes seguir para reclamar tus derechos y conseguir que cese el ruido:

  1. Guarda las pruebas: Es importante que guardes todas las pruebas que puedas obtener legalmente sobre la existencia del ruido, como fotografías, grabaciones, informes psicológicos, etc. Si se trata de una situación que puede suponer algún tipo de conducta delictiva, no dudes en llamar a la Policía o Guardia Civil.
  2. Habla con quien esté generando el ruido: Si es posible, habla con quien esté generando el ruido para que deje de producirse. Si esto no da resultado, habla con la persona responsable del local o actividad o con tu comunidad de vecinos o su presidencia para que tome medidas. Si estás de alquiler, pídele primero al/la propietario/a por escrito, por ejemplo, en un correo electrónico. Si aun así no te hacen caso, puedes llamar a la Policía Local si tienes garantías de que acudirá en el momento en que se está produciendo el ruido.
  3. Pide por escrito la cesación del ruido: En caso de que la conversación con la persona responsable del ruido no haya funcionado, es recomendable enviar una carta o correo electrónico pidiendo la cesación del ruido y la adopción de una solución. Si el ruido proviene del recinto vecinal, se debe enviar el escrito al Administrador/a y a la presidencia de tu comunidad de vecinos. Procura que conste en el acta de la reunión que realice la Junta de Propietarios. Si aun así no se soluciona, puedes enviar un burofax o bien acudir directamente a tu Ayuntamiento.
  4. Presenta una denuncia en el Ayuntamiento: Busca la Consejería o departamento competente en materia de medio ambiente del Ayuntamiento de la zona en la que vivas o trabajes y presenta una denuncia por ruidos. Debes explicar bien los hechos, las actuaciones previas realizadas, los momentos en que se produce el ruido y enviar pruebas en su caso. Espera a que acepten tu denuncia y te contacten para establecer una fecha en la que realizar una medición del ruido. Si quieres, también puedes pagar un servicio de medición del ruido por tu cuenta. Ten paciencia, porque pueden tardar varios meses desde que lo solicitas hasta que te dan la resolución.

Para que la denuncia prospere, deben darse unos requisitos. El ruido debe superar los niveles máximos establecidos por la legislación y la normativa de tu Comunidad o Ciudad Autónoma sobre ruido y contaminación ambiental o acústica. Además, debe producirse dentro o fuera de determinadas franjas horarias. Según la Ley del Ruido, las actividades domésticas o los comportamientos de los vecinos deben exceder de los límites tolerables de conformidad con las ordenanzas municipales y los usos locales.

El Ayuntamiento, además, comprobará si la actividad que origina el ruido está autorizada o no, porque si es ilegal, independientemente del nivel de decibelios que produzca, deberá solicitar al local o a quien realice la actividad que regularice dicha situación o la clausure.

Si el Ayuntamiento no actúa en un plazo prudencial, puedes solicitar la reclamación de esa inactividad ante la Junta (Comunidad Autónoma). Si aun así no encuentras respuesta, puedes acudir al Defensor del Pueblo de tu Comunidad Autónoma. Otra solución, si lo acuerdas con el responsable o Administración de la comunidad vecinal, conforme a la normativa correspondiente, es que te encargues tú de la medida correctiva si no aguantas la situación y puedes permitírtelo.

Si los servicios del Ayuntamiento estiman la denuncia, comunicarán al responsable del local o actividad o, en el caso de comunidad de vecinos, a la Administración, un requerimiento para que se tomen medidas correctoras y cese el ruido. Si los responsables no lo cumplen, el Ayuntamiento les impondrá una multa en función de la gravedad, entre 300 y 600.000 euros. Si después persisten los ruidos, podrás interponer una denuncia en la vía judicial civil y solicitar una indemnización si has sufrido perjuicios demostrables a causa de los ruidos.

Por otra parte, si desestiman tu reclamación en vía administrativa, podrás acudir a la vía judicial civil y presentar una demanda. Para ello, deberás asesorarte necesariamente por un abogado.