En una decisión sin precedentes, la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha otorgado la incapacidad permanente absoluta a un operario de 49 años que trabajaba como templador en una cristalería, que fue diagnosticado con hipersomnia o somnolencia diurna excesiva, y se vio afectado en su capacidad de trabajo debido a este trastorno.
La incapacidad permanente absoluta (IPA) emerge como un mecanismo de protección social. Diseñada para amparar a trabajadores que, por enfermedad o accidente, ven mermada su capacidad laboral de forma irreversible.
Cuerpo: La IPA se concede cuando un individuo no puede desempeñar ninguna profesión ni oficio, y requiere de un reconocimiento oficial. En este contexto, se evalúa rigurosamente la salud del trabajador, tomando en cuenta su historial médico y posibles adaptaciones laborales. Al ser declarado incapaz de manera permanente y absoluta, el afectado tiene derecho a percibir una pensión, que contribuye a mitigar el impacto económico de su nueva realidad.
Esta decisión es un hito judicial en la protección de los derechos de los trabajadores con condiciones de salud crónicas. Demuestra la necesidad de un análisis exhaustivo y justo de las capacidades de los trabajadores y cómo los diversos trastornos pueden afectar su vida laboral.
Es probable que esta sentencia tenga implicaciones significativas en casos similares en el futuro y podría establecer un precedente para el reconocimiento de la incapacidad permanente absoluta en situaciones en las que los trabajadores tienen múltiples condiciones de salud que afectan su capacidad de trabajar.